Monday, September 5, 2016

trentiséis horas de sueño es un número redondo,
mi novio es  un fan de los múltiplos de tres,
mi vecino dicidió colocar una puerta pentágono
y para eso hubo que tirar pedazos de pared abajo,
frente a mi casa hay un volquete,
me imagino que encuentro ahí cosas que me sirven,
un paraguas roto que todavía funciona
si voy por la calle sola y no hago daño a nadie,
mantengo los ojos de las personas lejos,
no me involucro en ninguna pelea,
la chica que me gusta lleva un paraguas transparente,
ella es transparente,
no la veo nunca,

mi vecino se olvida
su perro policía afuera,
el perro no hace nada más que esperar que le abran,
tiene cara de pobre
perro
mojado,
golpeo la puerta pentágono
no hace ruido
el timbre no existe porque la columna donde estaba
fue derribada,
intento explicarle al perro
que a veces pasan estas cosas,
las personas elevan
sus sistemas de seguridad
y la seguridad implica
dejar a seres queridos afuera
de sus propios radios,
a veces esas personas
descartan en un volquete
objetos semirotos plásticos
que luego nos sirven
para acumular en un galpón
y dormir solos
más calentitos



perdòn por llamarte perro policía
te llamaremos
pupi

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