Tuesday, January 17, 2012

dónde estás
estrellita
dónde cielo
arriba?
cuando estoy
de cabeza?
uno a veces dice "esto sí que es vida"
y después estudia labura dice no gracias a lo rico,
es como abortar por deporte...
este
es el aire
denso de enero
es la explotación de los
humores raros, es la gota de
el aire acondicionado sobre los pies
de la cama, son los pies puestos sobre la
almohada, es la cabeza bajo el peso de las ideas
revolucionarias viejas y las reflexiones de autoboicot,
son las ganas de quedarte duro por un rato largo,
es esa pregunta de mierda de por qué acabar
es tan corto, y cómo sería si fuera largo y
mucho más simple, es la respuesta de
mirar a los ojos a la persona de la
que gustás cuando no le ves
lógica concreta y no hay
un logaritmo pero sí
la certeza de
que el aire
y el beso
salvan.

confesión introductoria

me cuesta confesar las cosas

distinto sería si tuvieras la estola violeta y la madera del confesionario
las ilusiones
no me cuestan nada.
En la oscuridad vi un poquito de piel ajena y le pedí un remis. Esto no es para mí, amorcito, yo soy quien se queda y siempre quiere quedarse, pero entender no entiendo nada de mujeres y puedo ser tan territorial como cualquier otro cuando siento que me roban hasta la baldosa que estoy pisando y entonces, sobre una sola pierna no sirvo y vomito porque estoy borracha.

sedante

Antes me gustaban los pedantes porque me encantaba que llenaran el aire de conversaciones para que yo tuviera que decir nada. Porque yo llenaba el aire de dulzura como si fuera un perfumero y eso me daba tanta vergüenza que respirar me valía una fortuna y prefería aceptar el cigarrillo que se me encajara y el papel que se me asignara que siempre era el de la chica de la punta de la mesa que dice que sí y que no con la cabeza y pasame la coca el fuego un vaso limpio.
La señora de al lado me dijo "Jorgelina, anoche alguien te vino a buscar como a las 4 de la mañana" y como no le pregunté nada me dijo "sí, no sabés cómo golpearon la puerta", y como no dije nada ella dijo "dijeron tu nombre", y como no dije nada ella dijo "el de él también pero no me acuerdo", "tengo hambre" le dije, y se perturbó 15 minutos porque no se acordaba dónde había puesto la bandejita de cosas dulces. "Perdón, debo estar loca", me dijo, y como no le dije nada, volví así a casa como quien tira la piedra y esconde la mano.