Monday, January 30, 2012
un beso de no sé bien qué beso y me subo al micro de no sé bien qué. le digo a una mina que ya usa la tarjeta sube que sinceramente no tengo idea de dónde poner las monedas. pongo más de la cuenta, escucho que caen , pero tampoco entiendo ni por dónde ni veo que salga ningún boleto.
me siento estratégicamente al lado de la máquina y aprendo cómo funciona. me levanto y le pregunto al chofer dónde me conviene bajar y le escucho mal la calle. así que estoy tranquila hasta que me doy cuenta que no estoy tan tranquila porque estoy lejos otra vez y el sol seca cerebros y el mío se me escurre de sangre, se viene el colapso, digo, pregunto ¿calle 13?me dijo 3. entendí mal.
suele pasarme eso, eso que no sé bien qué. y la máquina
me siento estratégicamente al lado de la máquina y aprendo cómo funciona. me levanto y le pregunto al chofer dónde me conviene bajar y le escucho mal la calle. así que estoy tranquila hasta que me doy cuenta que no estoy tan tranquila porque estoy lejos otra vez y el sol seca cerebros y el mío se me escurre de sangre, se viene el colapso, digo, pregunto ¿calle 13?me dijo 3. entendí mal.
suele pasarme eso, eso que no sé bien qué. y la máquina
Sunday, January 29, 2012
Thursday, January 26, 2012
cambio y fuera /sifueracambioseríaseria
En el intervalo, entre los placebos, pensé en escribir algunas cartas explicando algo. Me pasé las últimas noches pensando en las formas. Más que nada en las formas. Es que ni siquiera sé qué decir. Pensé en los grados de ridiculez, en la cantidad de amor o de desesperación que tengo ganas de comunicar.
No hice mucho más. Estuve de hija única. Mi pieza, el cuarto de mi hermana menor, y el de la mediana. Todo para mí. Hay cosas que eran mías. Anoche, después de dormirme plácidamente por 15 minutos me desperté y presenté la renuncia. Estoy curiosa. Revisé todas las cajas. Salvé comida para muñecas que hice en porcelana fría hace no sé cuántos años. Estaban en una bolsa, amontonadas. También dibujos feos que pintaba con los faber. Mi compañera, una de mis mejores amigas del colegio, pintaba con furia y eso me gustaba. Pero mi furia era una imitación. Yo delineaba. Si era posible, hacía el menor esfuerzo. Todavía tengo el callo en el dedo del fuck you. No se va nunca. Tengo las manos de novia. Eso pensaba de chiquita. Cuando me besaba con la vecina. Nos besábamos con la boca cerrada, y ella era el novio, porque además de ser más grandota que yo, tenía esas manos redondeadas, mordidas. Yo tenía manos de novia. Blancas. Había roles. Había el sueño del altar y hasta un vestido blanco de feria americana.
Después ella, hija de médicos, me habló de espermatozoides. Una palabra que yo no podía pronunciar entera. Me dijo que iba a ir todo muy mal si seguíamos jugando, por la primera comunión, por su hermano que la cargaba conmigo. A mí me dio asco pensar en todo eso seriamente. Un día dije hacer el amor enfrente de mi mamá, lo dije como una grosería que me daba risa. Me encajó un libro color verde y marrón que tenía dibujos. Explícito.
Educación. Sueños de posibles modos de madurar. Sendero, el camino del bien, la traición. Qué se yo. Pensé en esas cosas como si estuviera desde afuera. Paseé por la ciudad como una extra invisible. Vi la catedral. Seguí a una señora por parque saavedra. La mujer estaba de negro y rosa, deportivo, haciendo ejercicios cómicos. Cuando me dí cuenta había dado tres vueltas y no sabía dónde quedaba calle 13. Esas cosas.
Abstracción porque odio febrero. Un mes tan corto y tan puente. Voy a tener que conectarme a una usina eléctrica. No tengo ganas de hablar. De tarde si me tomo un mate no miro a los ojos a nadie. Sí, pf, qué se yo. Monosilábica. Mona del circo, ¿te cuento de mis vacaciones?¿el viaje? qué se yo. Fallo. No tengo ganas de planear nada. Hablo del pasado ahora sin nostalgia. Infinitamente orgullosa de mi triunfo sobre la nostalgia. Trofeo de lo estropeado. Amor que no sé dónde vive. Amor que no amo. Amigas que ya no son y que no extraño.
Bueno, de todo un poco.
Arriba el infierno abajo el cielo. Un tema de los chemical que me entristece y me da ganas de caminar para no sé dónde. Debería cambiar la lista del mp3.
Hoy hice una torta de chocolate, dulce de leche y crema. Estoy en especial atiborrada de comida y no puedo parar. Ahora es mi ansiedad de año nuevo. Cuando se terminan las alfombras de la entrada y tengo que pasar al edificio. Todavía hace calor. Me sublevo. Pido un changüí. Espacios amistosos espacios amistosos espacios amistosos besos con ganas. Pero sigo en casa y me lastimo los bordes de los dedos con los dientes.
Le informo a mi vieja que no estoy contenta con lo que tengo que hacer. A modo de proyecto: no quiero. Odio trabajar para mi futuro. Odio trabajar para tener un trabajo. Trato de decirlo con toda la humanidad. Como le expliqué que hay gente de la familia que nunca me va a caer bien. Fomento la conversación. El lazo, tengo miedo de que me echen. Tengo miedo de que me interroguen.
Nunca in fraganti. Siempre predilecta. Aceptación. Hijita mía. Todavía soy muy hija. Muy otras cosas pero muy hija. Obligada, desobediente, culposa. Mi gran plan es no quejarme ni escuchar quejas de nadie. Escribir sobre otra cosa. Empezar a ser más avara con mi individualidad. No me sale. Me derrito por un abrazo. Lo cúlmine es fundirme. Olvidarme de mí. Por eso me gusta caminar con auriculares y ahora voy por unos nuevos.
No hice mucho más. Estuve de hija única. Mi pieza, el cuarto de mi hermana menor, y el de la mediana. Todo para mí. Hay cosas que eran mías. Anoche, después de dormirme plácidamente por 15 minutos me desperté y presenté la renuncia. Estoy curiosa. Revisé todas las cajas. Salvé comida para muñecas que hice en porcelana fría hace no sé cuántos años. Estaban en una bolsa, amontonadas. También dibujos feos que pintaba con los faber. Mi compañera, una de mis mejores amigas del colegio, pintaba con furia y eso me gustaba. Pero mi furia era una imitación. Yo delineaba. Si era posible, hacía el menor esfuerzo. Todavía tengo el callo en el dedo del fuck you. No se va nunca. Tengo las manos de novia. Eso pensaba de chiquita. Cuando me besaba con la vecina. Nos besábamos con la boca cerrada, y ella era el novio, porque además de ser más grandota que yo, tenía esas manos redondeadas, mordidas. Yo tenía manos de novia. Blancas. Había roles. Había el sueño del altar y hasta un vestido blanco de feria americana.
Después ella, hija de médicos, me habló de espermatozoides. Una palabra que yo no podía pronunciar entera. Me dijo que iba a ir todo muy mal si seguíamos jugando, por la primera comunión, por su hermano que la cargaba conmigo. A mí me dio asco pensar en todo eso seriamente. Un día dije hacer el amor enfrente de mi mamá, lo dije como una grosería que me daba risa. Me encajó un libro color verde y marrón que tenía dibujos. Explícito.
Educación. Sueños de posibles modos de madurar. Sendero, el camino del bien, la traición. Qué se yo. Pensé en esas cosas como si estuviera desde afuera. Paseé por la ciudad como una extra invisible. Vi la catedral. Seguí a una señora por parque saavedra. La mujer estaba de negro y rosa, deportivo, haciendo ejercicios cómicos. Cuando me dí cuenta había dado tres vueltas y no sabía dónde quedaba calle 13. Esas cosas.
Abstracción porque odio febrero. Un mes tan corto y tan puente. Voy a tener que conectarme a una usina eléctrica. No tengo ganas de hablar. De tarde si me tomo un mate no miro a los ojos a nadie. Sí, pf, qué se yo. Monosilábica. Mona del circo, ¿te cuento de mis vacaciones?¿el viaje? qué se yo. Fallo. No tengo ganas de planear nada. Hablo del pasado ahora sin nostalgia. Infinitamente orgullosa de mi triunfo sobre la nostalgia. Trofeo de lo estropeado. Amor que no sé dónde vive. Amor que no amo. Amigas que ya no son y que no extraño.
Bueno, de todo un poco.
Arriba el infierno abajo el cielo. Un tema de los chemical que me entristece y me da ganas de caminar para no sé dónde. Debería cambiar la lista del mp3.
Hoy hice una torta de chocolate, dulce de leche y crema. Estoy en especial atiborrada de comida y no puedo parar. Ahora es mi ansiedad de año nuevo. Cuando se terminan las alfombras de la entrada y tengo que pasar al edificio. Todavía hace calor. Me sublevo. Pido un changüí. Espacios amistosos espacios amistosos espacios amistosos besos con ganas. Pero sigo en casa y me lastimo los bordes de los dedos con los dientes.
Le informo a mi vieja que no estoy contenta con lo que tengo que hacer. A modo de proyecto: no quiero. Odio trabajar para mi futuro. Odio trabajar para tener un trabajo. Trato de decirlo con toda la humanidad. Como le expliqué que hay gente de la familia que nunca me va a caer bien. Fomento la conversación. El lazo, tengo miedo de que me echen. Tengo miedo de que me interroguen.
Nunca in fraganti. Siempre predilecta. Aceptación. Hijita mía. Todavía soy muy hija. Muy otras cosas pero muy hija. Obligada, desobediente, culposa. Mi gran plan es no quejarme ni escuchar quejas de nadie. Escribir sobre otra cosa. Empezar a ser más avara con mi individualidad. No me sale. Me derrito por un abrazo. Lo cúlmine es fundirme. Olvidarme de mí. Por eso me gusta caminar con auriculares y ahora voy por unos nuevos.
Wednesday, January 25, 2012
Tuesday, January 24, 2012
saltaron las tostadas
me acuerdo de una pava eléctrica siniestra que hacía una musiquita de notas incompletas en la casa de alguien donde todo sonaba a cosa inacabada, me contaba proyectos de leds y de repisas y de pintura negra pero estaba cuadrado, vacío, mal pintado
y yo le vomitaba el desayuno en el baño queriendo que tapara esa música de pava
yo me moría de hambre pero él no tenía nada
por suerte ya saltaron
saltaron
las tostadas.
me acuerdo de una pava eléctrica siniestra que hacía una musiquita de notas incompletas en la casa de alguien donde todo sonaba a cosa inacabada, me contaba proyectos de leds y de repisas y de pintura negra pero estaba cuadrado, vacío, mal pintado
y yo le vomitaba el desayuno en el baño queriendo que tapara esa música de pava
yo me moría de hambre pero él no tenía nada
por suerte ya saltaron
saltaron
las tostadas.
a través del triángulo de mi codo cuando me tapo la cara de recién levantada te muestro los ojos y todas las partes porque sé que no las ves porque tenés los ojos ahí vos también, yo no veo el resto de lo que hay, nada más eso de mediodía, las caras tapadas, los ojos, o un ojo, que no dice nada más que acá están nuestros ojos y ahora qué hacemos, los cerramos de vuelta o nos hacemos la contraseña; sin embargo parece que nos están mirando desde la torre de un monasterio.
Monday, January 23, 2012
espero
en las imágenes de las películas, cuando las fiestas se ponen pesadas entre los pendejos
y los besos en la cocina o cuando termina el terror y a la protagonista le prestan una frazada,
también
por la mañana cuando cambio la radio para escuchar todos los buenos días bien modulados
esas veces que estoy temprano por la vereda y veo un charco
y festejo una canción que me gusta
y pienso que acá también hay vida y entre las uñas la mugre y
cuando me lastimo
sin querer, con un zapato nuevo
espero
espero
encontrarte en alguna parte y tu axila y tu desodorante y los cierres de la ropa,
cada vez que escucho el rumor sobre la vida amorosa de las profesoras
y pienso en el café de las salas
y en los sobres de edulcorante, cuando ellas piden que sea edulcorante,
siento
detalles
chiquitos
enormes
gigantes
operarios
dotados de esa esencia
del vacío de los días
cuando una chica tira su trago sobre algún borracho y se siente sobria
cuando le digo a mi abuela que la quiero y es mentira
o no entiendo un poema de los autores predilectos de mis amigos
quiero
la cueva
la espero
para algún día
deshacerme de los peluches y de los atados y las botellas de colección.
en las imágenes de las películas, cuando las fiestas se ponen pesadas entre los pendejos
y los besos en la cocina o cuando termina el terror y a la protagonista le prestan una frazada,
también
por la mañana cuando cambio la radio para escuchar todos los buenos días bien modulados
esas veces que estoy temprano por la vereda y veo un charco
y festejo una canción que me gusta
y pienso que acá también hay vida y entre las uñas la mugre y
cuando me lastimo
sin querer, con un zapato nuevo
espero
espero
encontrarte en alguna parte y tu axila y tu desodorante y los cierres de la ropa,
cada vez que escucho el rumor sobre la vida amorosa de las profesoras
y pienso en el café de las salas
y en los sobres de edulcorante, cuando ellas piden que sea edulcorante,
siento
detalles
chiquitos
enormes
gigantes
operarios
dotados de esa esencia
del vacío de los días
cuando una chica tira su trago sobre algún borracho y se siente sobria
cuando le digo a mi abuela que la quiero y es mentira
o no entiendo un poema de los autores predilectos de mis amigos
quiero
la cueva
la espero
para algún día
deshacerme de los peluches y de los atados y las botellas de colección.
me dije sacá la lengua y me metí el palito de helado de los médicos para mirar para adentro y me di una arcada, justo pasó una bici, yo escuché los rayos y dije en mi barrio todavía hay gente que no tiene miedo a los ladrones, qué lindo y miré y me encontré con que el cielo ya no está negro de noche y resulta que los pajaritos cantan, me siento como una angina por la ventana oiga cuál es la cura para las mañanas?
el pajarito dice bicho feo, buenos días bicho con alas
y plumas
y piojos
que los tengas
todos.
el pajarito dice bicho feo, buenos días bicho con alas
y plumas
y piojos
que los tengas
todos.
problema de distorsión
y de percepción de tiempos
y de tesoritos estéticos
y del exotismo y lo excéntrico
las chicas de pestañas largas
o esas que se ponen la ropa que les viene a la idea
me hacen perder nociones de peso medida altura
el resto me preocupo
o
o
por las horas que paso pensando y las noches que paso bailando
porque no quiero ir a casa
te inserto un texto
decime
por qué costado
decime
por qué costado
ahora que sufro de la perspectiva
y ni te cuento
de mi voz en las grabaciones
y de tocarte sin querer
por lo equivocado.
y de tocarte sin querer
por lo equivocado.
Sunday, January 22, 2012
hace un año se murió mi abuelo. yo estaba en la playa, en la rambla de mar del plata y se murió mi abuelo y yo estaba con mis amigas pero no les dije nada para no decirles " se murió mi abuelo" y me puse hermética como un tupper y conservé mis pensamientos en papel film y cuando llegué nada más estaba podrida y tiré las cosas al inodoro y listo a nadie le dije estoy triste o a nadie le lloré, ni a él, al abuelo, ni sóla ni acompañada, ni a mí misma y hoy me parece que estoy morosa.
fútbol
y me manda un mail para contar los días y marco como en un calendario los tiempos que pasan entre tiempo y tiempo y los entretiempos y el partido ese que no termina y que vamos a los penales como en la copa mundial cuando me levantaba a las 4 de la mañana y me emocionaba con el país bueno ahora me ilusiono con que voy a volver a dormirme pero entonces me manda un mail y es que mi problema es que yo vivo conectada a la desconexión y tengo miedo de quedar varada en la montaña del mundo y que llueva toda la noche y que queme el sol de día hasta que se derrita el hielo en mi estación de control y me quede la cara pintada de la bandera y me encuentre en casa manchando la almohada y diciendo bueno loco ganó el otro equipo, quedamos afuera y ahora no tengo otra que volver a pensar en lo que me interesa.
una vez vino a casa y fuimos a mi pieza. me senté en la cama y él en el piso y empezó a desarmarme una pila de libros y a preguntarme qué estaba leyendo y qué estaba escribiendo y le leí un cuento de 8 páginas, completo, y él me dijo "qué lindo, me lo imaginé en mi casa" y fue raro porque yo también me había imaginado que el cuento pasaba en su casa, aunque se trataba de una nena que se iba a mudar, y nada más que eso. como si esa nena mía tuviera que dejar a la fuerza la casa suya, la casa de él que yo hice de ella. siempre fuimos bien ilustrativos con los espacios. si yo en la cama él en el piso , si yo en mi barrio él más lejos y si él cruzaba la vía yo lo esperaba en patas y desprolija como quien no espera o como quien espera que no se note ninguna espera ni esperanza ni ningún deseo de hola...llegaste.
tenía una compañera que compraba sobretodos en verano y mallas en invierno
por un tema de ahorro
y porque uno nunca sabe
cuándo podría salirnos un viaje a brasil o a europa y
justo
casualmente
el clima esté a la inversa.
que cuando una es mujer y aún tan precavida
todas las coincidencias
se confabulan y ahora
que nos parta un rayo en bratislava
estamos iónicamente preparadas.
por un tema de ahorro
y porque uno nunca sabe
cuándo podría salirnos un viaje a brasil o a europa y
justo
casualmente
el clima esté a la inversa.
que cuando una es mujer y aún tan precavida
todas las coincidencias
se confabulan y ahora
que nos parta un rayo en bratislava
estamos iónicamente preparadas.
las estrellas de mar en los baños
el velero en el vaso de plástico de las heladerías
los señaladores arriba de los libros
el candadito en el diario íntimo
la llave
la almohada de repuesto
los conejos con onda
el estuche de la cámara
los fósforos usados adentro de la caja
los dedos de las manos que no uso en el teclado
esos poemas quemados
omitir
es
mentir.
el velero en el vaso de plástico de las heladerías
los señaladores arriba de los libros
el candadito en el diario íntimo
la llave
la almohada de repuesto
los conejos con onda
el estuche de la cámara
los fósforos usados adentro de la caja
los dedos de las manos que no uso en el teclado
esos poemas quemados
omitir
es
mentir.
pensé en la vida de una calavera. si pudiera contar entre chirridos cómo es que terminó en manos de la gente para ser un objeto decorativo, y todos los momentos que pudo haber vivido con esos ojos y esos oídos vacíos, quieta quietecita en la punta del mueble... tal vez me sentiría identificada adentro de mis cachetes.
Saturday, January 21, 2012
a la derecha
a la izquierda
estoy aprendiendo a cruzar las vías
me digo
no mires
cómo giran las ruedas,
no trates
de ver las narices de cada cara,
menos
establezcas comunicaciones desde allá abajo
o quieras adivinar de dónde vienen y a dónde van
porque
el problema es movilizar ese cuello
para mirar el tránsito
por el bien de la vida
si ese cerebro denso
se pone más
y más
denso.
me digo
no mires
cómo giran las ruedas,
no trates
de ver las narices de cada cara,
menos
establezcas comunicaciones desde allá abajo
o quieras adivinar de dónde vienen y a dónde van
porque
el problema es movilizar ese cuello
para mirar el tránsito
por el bien de la vida
si ese cerebro denso
se pone más
y más
denso.
ese puente débil
de montaña a montaña,
esperar que no llueva
para volver a casa
cuando la naturaleza
te atrapa entre cortinas
y te cierra las ventanas
pero el agua se filtra y
la suciedad del cuerpo se hace barro
el puente débil
el hilo
el péndulo del tiempo
la campana que suena
la cuerda que se estira sin cortarse
hasta el mutismo.
qué nota es esta
oído de superpoderes?
es un 1 en el boletín
de la nena prodigio.
de montaña a montaña,
esperar que no llueva
para volver a casa
cuando la naturaleza
te atrapa entre cortinas
y te cierra las ventanas
pero el agua se filtra y
la suciedad del cuerpo se hace barro
el puente débil
el hilo
el péndulo del tiempo
la campana que suena
la cuerda que se estira sin cortarse
hasta el mutismo.
qué nota es esta
oído de superpoderes?
es un 1 en el boletín
de la nena prodigio.
empieza la era de la posibilidad después de tanto brindis imagino que brindamos por una nueva era, y si empieza la era de la posibilidad entonces estoy como brindando otra vez en el cumple de alguna tía que le pone pasas de uva a las cosas y no bebiendo de ninguna copa de nada porque la sidra es como morder la manzana de la tentación invertida. que no empiece nada carajo los finales cada vez son más potentes.
Friday, January 20, 2012
Thursday, January 19, 2012
Una cosa que nunca me gustó es el olor a almacén. Voy a uno que queda a una cuadra de casa. Ahora también le pusieron carnicería. Es un lugar chiquito donde tienen de todo. Vos pedís, vos tenés. Si no hay, viene. La señora que atiende es una mujerzota rubia con unos labios inflados que te dice bebé, mi amor, mamuni, y esas cosas. No sólo a mí sino también a mi viejo, si va conmigo. Sé que se conocen desde chiquitos.
Para hacer un poco de justicia yo molesto al tipo de la fiabrería. Que tiene una mancha grande en la cara y pocas ganas de atender y a la vez muchas ganas de venderte cosas de más. Se le va la mano con el queso y te pregunta si no importa. No, Alfredo, no importa.
A Alfredo yo le exijo que traiga lo que falta y me entero de las internas entre sáncor y la serenísima, datos que sino no me llegarían nunca.
Me apoyo en la heladera que siempre está vibrando un poco y le digo ese, ese queso ese ese yogurt y siempre lo que está más difícil de agarrar.
Da lo mismo, no tengo un paladar exquisito. Quiero que la rubia deje de decir mamuni.
Para hacer un poco de justicia yo molesto al tipo de la fiabrería. Que tiene una mancha grande en la cara y pocas ganas de atender y a la vez muchas ganas de venderte cosas de más. Se le va la mano con el queso y te pregunta si no importa. No, Alfredo, no importa.
A Alfredo yo le exijo que traiga lo que falta y me entero de las internas entre sáncor y la serenísima, datos que sino no me llegarían nunca.
Me apoyo en la heladera que siempre está vibrando un poco y le digo ese, ese queso ese ese yogurt y siempre lo que está más difícil de agarrar.
Da lo mismo, no tengo un paladar exquisito. Quiero que la rubia deje de decir mamuni.
Wednesday, January 18, 2012
electro
cardiograma
aspiraciones a
vivir tranquila en
casa sola y de noche
la tranquilidad no
es la del silencio,
quiero de golpe
el ruido de la
mentirosa
paz que
me
vendieron en
canciones de
amor y paz y
también vos
y también luz
rosas y lunas,
no sé dónde
está el mundo
de las lecturas
que te abstraen
del no sé qué,
a mí más me
traen a lo
de for me del
contenido de la taza de
café cuando se vuelca
o cuando la sangre
cambia de recipiente
toco esa nota que desafino
mi voz para subir
es una perra que woof
no muerde ese anzuelo
las uvas frescas
en la boca del
emperador y
los dedos de la esclava
llenos de baba noble.
cardiograma
aspiraciones a
vivir tranquila en
casa sola y de noche
la tranquilidad no
es la del silencio,
quiero de golpe
el ruido de la
mentirosa
paz que
me
vendieron en
canciones de
amor y paz y
también vos
y también luz
rosas y lunas,
no sé dónde
está el mundo
de las lecturas
que te abstraen
del no sé qué,
a mí más me
traen a lo
de for me del
contenido de la taza de
café cuando se vuelca
o cuando la sangre
cambia de recipiente
toco esa nota que desafino
mi voz para subir
es una perra que woof
no muerde ese anzuelo
las uvas frescas
en la boca del
emperador y
los dedos de la esclava
llenos de baba noble.
Quizá me volví una ermitaña. Quizá mandar mensajes de feliz cumpleaños a las 12 estando adentro de la cama me hace de la misma madera. Madera y resortes gastados. Pienso que en una cama me hicieron, porque mi pensamiento del amor a veces es de lo más clásico, porque en casa hay un santuario de la virgen maría. Antes pensaba que era como mi vieja, quizá, también. Ahora me aterroriza la idea de que ciertos valores me valgan la eternidad. De todos modos la eternidad me da ganas de vomitar. Voy a seguir girando y girando por siempre en alguna parte. A veces pienso en llamarme escéptica, a veces en decirme agnóstica. Pero no soy nada de eso, soy religiosa, tengo mi religión, mi tara. Lucho le hago guerra como a todas esas cosas, porque sé que no soy un reloj de arena. Quisiera serlo. Quisiera una cintura mínima. Una altura, de la mitad a los pies igual que de la mitad a la cima de mi cráneo. También quisiera que lo único que corriera adentro mío fuera una línea finita de polvo. No tener que alimentarme. Quisiera, quisiera también darme vuelta justo a tiempo, sin hacer ring ni ningún escándalo de máquina, cambio y fuera. A veces ser de plástico, ser la regla del juego. Ser ese objeto chiquito que le gana al tablero, a los peones de colores, a las casillas de pierde un turno, a los participantes. Cuando juego tengo miedo de ganar porque quiero mi suerte en el amor. El otro día gané al chinchón por goleada. Estaba jugando en la montaña contra Costi y Carolina. Les gané, les corté a tiempo récord. Confío en mis cálculos, confío en el oro, la copa el basto la espada, porque están dibujadas, y porque no creo en la magia, los palos no desaparecen, los números fueron mi primera opción. Mi carrera de biotecnóloga me demostró que no me gusta usar guardapolvo. Que me queda horrible, y las gafas también. Que todavía no pude contra mi miedo a los escapes de gas, ni a los microbios ni a las drogas sintéticas. Respeto. Les tengo respeto y una admiración a los científicos que me da calambre. Y no como banana. No señor, ja ja ja. Banana no como, me niego. Tiene la cáscara de mi color preferido, pero por dentro es blanca, blanca. Lo fálico me causa gracia. Digo, las alusiones. Todo lo que me haga ver como la mona que soy quizá lo evito. Por eso estudié danzas, por eso hacía gimnasia artística. Quería una precisión, quería la liviandad suficiente como para que un dedo gordo del pie me soportara. Y me lo quebré. Es el único hueso del cuerpo que me quebré. Tengo muchos huesos pero no sé cuántos, ni estimativo. Siempre fui en desastre para la anatomía y sin embargo tengo 10 en biología. También la dejé a tiempo para no tener que estudiar más de lo que me hubiera dado placer. Y ahora me pasa con las letras. Las agarro a tiempo para no olvidarme también del alfabeto, de la disposición de las teclas sobre el teclado. Me siento cómoda en mi continente, de este lado del mundo, acá. El teclado en otro idioma me produce un dolor estético, no soporto las faltas de ortografía como no soporto poner tildes extrañas a mi castellano. Me gustan las esdrújulas. No me gustan los adverbios y los uso tanto... Amo tachar mis cosas. Mis cosas son los adverbios, por todas partes, te amo tiernamente, dulcemente, como vorazmente. No lo soporto. Lo admito, me gustaría corregir directamente mi imaginación. Sobre todo de noche. Cuando estoy en la cama y no me duermo. Y cuando estoy esperando algo. Cualquier cosa, que se abra la puerta de un consultorio, que me digan cuánto sale mi changuito, que suene el teléfono, que me digan qué pasa, que me dejen usar el inodoro. Entonces los cálculos no sirven. Y si sirven son abrumadores. Me abrumo en lo más básico. No puedo con el solfeo. No puedo con la improvisación. El arte me deja catatónica y sólamente sé decir me gusta, no me gusta, se me cae la baba, quiero más o basta ya. Basta es de las últimas cosas que digo. Pero nunca la última. Digo basta y todo sigue y también yo, también sigo yo después de decir basta no quiero más. Es una de esas paradojas. Supongo que el mundo está tirado de todas partes por fuerzas elásticas, una para un lado, otra para el otro. Me llamé equilibrada tantas veces en vez de decir que no sabía tomar decisiones, en vez de decir que me gusta demasiado todo, excesivamente. Es terrible, ahí está el adverbio. La pantalla es mi amiga porque no me da el gusto de la tachadura. Para borrar hay que tener cuidado y yo no lo tengo. Me apasiono. Me ensalzo entonces nunca escribo un cuento hasta el final. Antes me equivoco y borro las conjunciones, conjugo de varios modos, un quilombo de tiempos verbales. Empiezo otra vez y veo que no tengo una historia interesante. Que la ficción es enorme para mí, ya es más que suficiente con la realidad. Escribir ficción para mí sería asumirlo todo para poder moldearlo. El profesor me diría que soy mezquina, que me faltan huevos, que soy minita, que me haga cargo. Yo le diría no te burles y ochentamil porquerías. Porque para defenderme estoy mandada a hacer. Pero también para reprimirme. Odio herir. Odio las heridas verbales. Odio las críticas destructivas. Odio el odio y amo el amor tanto que me hace sonreir de pensarlo. Sonreir y llorar para mí van súper de la mano. Casi no lloro enfrente de gente que no podría llegar a hacerme sonreir. Porque me dan miedo mis faltas de límites, tanto como mis limitaciones. Cuando me agarraban berrinches de pendeja podía hasta ponerme violeta. Sola, me decía si te enojás es un trabajo enorme desenojarte. Por eso elegí la bondad, qué se yo, la mesura. Todas esas cosas me las dio la comodidad de las instituciones. Es como acostumbrarse a dormir sobre una cama de diseño, de esas de material colorido, brillante, artificial, aséptico y lleno de aristas. Mi contractura se agrava, y entonces cuando me ponen las manos encima cedo, cedo a la verdad mía, la de que me duele y quiero sentirme mejor. Y elijo dormir en otra cama, quizá, quizá porque me harté de mi propia madera. No prendo fuego nada porque encendería mi piromanía. El otro día estuve en la pieza de una chica linda, la hermana de un amigo que está de vacaciones. Vi tantas cosas de nena ahí, y ella es más grande que yo, que me dio pena haber tirado mis pinturitas, mis mostacillas. Qué se yo. Al rato lo llamo equilibrio otra vez, desapego, madurez, ni idea. Yo lo único que quiero es no tener nada que escribir. Y cuando me pasa, reniego. Serán esas dos fuerzas, ¿serán? ¿Esa es mi religión?¿y mis creencias? estoy lejos del big bang, estoy lejos de la era de acuario tanto como del total del planeta tierra. Estoy en casa, digo muy feliz cumple por mensajes, no me queda otra. En serio no me queda otra ahora. Mientras mi gato sueña y mueve las patas. Esto está bueno, me copa el ruido del ventilador. Me muero de calor, de sed. Me copan mis necesidades. Un día un sacerdote me preguntó si quería ser monja. Yo le dije que no, que quería tener hijos. Cuántas cosas digo a veces. Quiero prenderme un cigarrillo en los pasillos del convento. Quiero un amor entre mis brazos y entre mis piernas. ¿Hostias?, pf. Basta. ¿Gané? Lo hice otra vez.
Tuesday, January 17, 2012
este
es el aire
denso de enero
es la explotación de los
humores raros, es la gota de
el aire acondicionado sobre los pies
de la cama, son los pies puestos sobre la
almohada, es la cabeza bajo el peso de las ideas
revolucionarias viejas y las reflexiones de autoboicot,
son las ganas de quedarte duro por un rato largo,
es esa pregunta de mierda de por qué acabar
es tan corto, y cómo sería si fuera largo y
mucho más simple, es la respuesta de
mirar a los ojos a la persona de la
que gustás cuando no le ves
lógica concreta y no hay
un logaritmo pero sí
la certeza de
que el aire
y el beso
salvan.
es el aire
denso de enero
es la explotación de los
humores raros, es la gota de
el aire acondicionado sobre los pies
de la cama, son los pies puestos sobre la
almohada, es la cabeza bajo el peso de las ideas
revolucionarias viejas y las reflexiones de autoboicot,
son las ganas de quedarte duro por un rato largo,
es esa pregunta de mierda de por qué acabar
es tan corto, y cómo sería si fuera largo y
mucho más simple, es la respuesta de
mirar a los ojos a la persona de la
que gustás cuando no le ves
lógica concreta y no hay
un logaritmo pero sí
la certeza de
que el aire
y el beso
salvan.
confesión introductoria
me cuesta confesar las cosas
distinto sería si tuvieras la estola violeta y la madera del confesionario
las ilusiones
no me cuestan nada.
distinto sería si tuvieras la estola violeta y la madera del confesionario
las ilusiones
no me cuestan nada.
En la oscuridad vi un poquito de piel ajena y le pedí un remis. Esto no es para mí, amorcito, yo soy quien se queda y siempre quiere quedarse, pero entender no entiendo nada de mujeres y puedo ser tan territorial como cualquier otro cuando siento que me roban hasta la baldosa que estoy pisando y entonces, sobre una sola pierna no sirvo y vomito porque estoy borracha.
sedante
Antes me gustaban los pedantes porque me encantaba que llenaran el aire de conversaciones para que yo tuviera que decir nada. Porque yo llenaba el aire de dulzura como si fuera un perfumero y eso me daba tanta vergüenza que respirar me valía una fortuna y prefería aceptar el cigarrillo que se me encajara y el papel que se me asignara que siempre era el de la chica de la punta de la mesa que dice que sí y que no con la cabeza y pasame la coca el fuego un vaso limpio.
La señora de al lado me dijo "Jorgelina, anoche alguien te vino a buscar como a las 4 de la mañana" y como no le pregunté nada me dijo "sí, no sabés cómo golpearon la puerta", y como no dije nada ella dijo "dijeron tu nombre", y como no dije nada ella dijo "el de él también pero no me acuerdo", "tengo hambre" le dije, y se perturbó 15 minutos porque no se acordaba dónde había puesto la bandejita de cosas dulces. "Perdón, debo estar loca", me dijo, y como no le dije nada, volví así a casa como quien tira la piedra y esconde la mano.
Monday, January 16, 2012
delicadeza hecha percha
El día me levanta mil veces porque no gasto energía más que en pensar un poquito, y la recupero rápido acumulando mil cosas en mi habitación y en mi cuerpo. Pero me levanto y voy hasta la heladera, tomo coca cola, como una cucharada de arroz con queso y miro por la celosía. El calor es visible y sé que al sol no voy a poder leer ni un prospecto, no voy a poder regar una planta. Vuelvo a acostarme y me doy cuenta de que estoy usando un sólo lado de la cama. La desarmo completa y me tiro sobre una almohada inteligente, como si fuera un cuerpo y al rato me despierto un poco asustada porque acabo de soñar con mi primo en la bañera, una escena de la infancia pero con estos cuerpos de ahora, él me grita tapate, ¿te tapaste?, ¡tapate!, yo quiero hacer espuma y le grito lo mismo. De golpe estoy en una heladería con una compañera del colegio diciéndole ¿por qué no te pusiste zapatos? no sufras al pedo. Esa chica sufría al pedo, era capaz hasta de salir sin zapatos y pisar las baldosas heladas llorando todo el tiempo. Y la gente que llora pudiendo tener los pies adentro de las medias y sabiendo atarse bien los cordones me pone de un humor de mierda. Le cantaba una canción de Westlife.. "Uptown girl", la tarareaba con un borracho que vi el otro día en antares, un tipo que presumo tendría la voz finita y el espíritu lo suficientemente amanerado como para ser otro Hanson, por ejemplo. Pero esto a la piba le daba más ganas de llorar. Así que salí corriendo del sueño y terminé la botella de coca cola. Hurgué un poco la alacena y comí unos cereales. Me saqué la ropa y me puse la maya. Me senté al sol, me aburrí, me probé la ropa de mis tías abuelas que estaba colgando de la soga. Un pantalón corto color naranja que me quedaba por debajo de las rodillas, pensé con qué podría usarlo y ví que me estaban mirando. Disimulé ridículamente como todas esas cosas que quiero disimular y que la gente acepta como si no hubiera visto nada. Algunos saben de la vergüenza. Algunos saben sobre todo de mi vergüenza y eso me hace sentir como si tuviera una máquina del tiempo. Acá nadie vio nada, acá nadie vio a la pendeja meterse un dedo en la nariz, nadie vio cómo se acomodaba el elástico de la bombacha.
Me quedé callada al sol leyendo una novela y escuché el agua de la pelopincho de al lado y el amor con que mi tía le habla a mis gatos. Mi tía es una de las personas más brutales que conozco en cuanto a lenguaje, metalenguaje, ese tono hosco con que dice "camine a cucha", "prestá para acá esas papas nena, estás pelando como una pelotuda". Y así, pero a los gatos les habla con un gusto que me conmueve, y soy la única de mis hermanas a las que cuando presenta a sus amigas le dice esta es "mi" Jorgita. Creo que ella es la mejor en aceptar mis disimulos aunque en año nuevo me prendí un cigarrillo y vi cómo ella me miraba desde la punta de la mesa, con las manos apoyadas en los brazos de su silla de ruedas, y me hacía un "jum" silencioso. Ahora me pega el grito para que tome un mate y todavía insiste en ponerle azúcar a cada vuelta aunque hace tiempo aprendí a tomarlo amargo, y aprendí, sobre todo, a gustarlo así.
Me quedé callada al sol leyendo una novela y escuché el agua de la pelopincho de al lado y el amor con que mi tía le habla a mis gatos. Mi tía es una de las personas más brutales que conozco en cuanto a lenguaje, metalenguaje, ese tono hosco con que dice "camine a cucha", "prestá para acá esas papas nena, estás pelando como una pelotuda". Y así, pero a los gatos les habla con un gusto que me conmueve, y soy la única de mis hermanas a las que cuando presenta a sus amigas le dice esta es "mi" Jorgita. Creo que ella es la mejor en aceptar mis disimulos aunque en año nuevo me prendí un cigarrillo y vi cómo ella me miraba desde la punta de la mesa, con las manos apoyadas en los brazos de su silla de ruedas, y me hacía un "jum" silencioso. Ahora me pega el grito para que tome un mate y todavía insiste en ponerle azúcar a cada vuelta aunque hace tiempo aprendí a tomarlo amargo, y aprendí, sobre todo, a gustarlo así.
gato cartucho
negro de tanto relamerte la panza te quedó colorada y desteñida
ahí estás otra vez meta ronrón chupándote la tinta y yo escribo
ahí estás otra vez meta ronrón chupándote la tinta y yo escribo
me olvidé los anteojos en una mesa ratona y ahora no veo bien así que leo en voz alta para que el cerebro me procese las frases desde los oídos, no desde los ojos. Gata blanca está molesta porque nos dejaron solas, sola ella conmigo que no simpatiza. Me hago un café que está caliente y lo sorbo, me mira con odio, no soy elegante. Perdón, Pon, yo no soy elegante, le digo y se resigna, acomoda sobre sus patitas delanteras esa cara rasgada de amarillo crema y cierra los ojos. Me muero por lograr que ronronee. Esta noche no quiero estar sola. Fui a la cocina con un palo a cerrar bien las puertas. Tengo una sensación de bienvenida mala, de ciudad hermosa y callada como una mujer que miraba en las clases y que era tan poco lesbiana que pensar en ella aún toda emponchada como una cebolla y querer ir sacándole las capas me producía la lágrima automática, el picor en los ojos que deberían enfocar mejor en la pizarra. Es que a veces yo me olvido los anteojos en una mesa ratona y a veces las normas de la elegancia se me hacen una laguna mental de baba y termino flotando como pececito de estanque sucio en mis propios deseos de gata blanca imposible que sorbe con ruido, asquerosa.
de la vida de alguien
Simone de Beauvoir se murió un catorce de abril.
en el 86 yo no estaba en los planes de ningún padre
ni en los sueños mojados de un potencial amante
engendrándome, engendra en lo virtual de un dios tan poderoso como inexistente
las ideas del mundo a veces no son mías cuando no estoy del mundo, cuando estoy alejada y tengo miedo y mi imaginación se reduce, se limita a producir lo que me falta y lo que desconozco (que es básicamente lo mismo)
a veces un lord de la existencia, un calor tangible, me hace parte del mundo y hasta soy capaz de empezar algún libro, entonces me nazco lectora y soy otra vez carne y aire en movimiento.
en el 86 yo no estaba en los planes de ningún padre
ni en los sueños mojados de un potencial amante
engendrándome, engendra en lo virtual de un dios tan poderoso como inexistente
las ideas del mundo a veces no son mías cuando no estoy del mundo, cuando estoy alejada y tengo miedo y mi imaginación se reduce, se limita a producir lo que me falta y lo que desconozco (que es básicamente lo mismo)
a veces un lord de la existencia, un calor tangible, me hace parte del mundo y hasta soy capaz de empezar algún libro, entonces me nazco lectora y soy otra vez carne y aire en movimiento.
Sunday, January 15, 2012
ningún naufragio psicoanalítico
mi gloria está en acurrucarme ahí donde vos me dejás todo el lugar del mundo para que yo me mueva, pez de pecera, mar de la plata, inmensidad en balsa, pies sobre la tierra de entre tus dedos, de entre los míos y ambos las olas.
Saturday, January 14, 2012
Estoy en casa sobre mi cama, con el pequeño pony que me regaló la vieja de la feria de frutas, con los diarios que nunca volvieron a su dueño, con la caja de fotos de mi ex mejor amiga, con un pomo de crema para la cara, con mi kin maya de madera, con las velas que nunca prendí, con las fotos de mi abuelo Francisco en la marina, las historietas que mi vieja recortaba, el diccionario latín francés, mi espejo, Madame Bovary una edición de 2 pesos, las paredes pintadas que ya no me aguanto, el corazón que todavía me late muy rápido, una botella de agua que debe estar hirviendo, la canasta de mimbre vaciada de recuerdos, una pirámide de chichen itzá en miniatura,obras poéticas no investigadas, sahumerios de regalo para que medite, dos gatitos de adorno con brillantina y campanas y me voy desnudando y viendo en mi reflejo que ahora estoy en casa sobre mi cama.
un cálculo que no me costó
si menosprecías las noches, querido sombrerero de paja, te vas a perder el 50% de las excursiones.
mi turn Oh.
Las reglas del juego me hacen patear el tablero. Quiero ser la oca que vuelve al inicio.
cómico cósmico
tengo un cuaderno de boca juniors y escribí algunas poesías de porquería y también poesías tuyas mías y de la vida de la que hablan los otros, mi amigo Federico escribió también, con lapicera roja, un párrafo sin dedicatoria hablando del calor, los ladrones, la edad y la cocacola; adentro de la mochila se me volcó el shampú
esto me pasa
por querer
bañarme
y por haber comprado un cuaderno
todo esto que pasa
por todo aquello.
(producto xeneise
la bosta)
esto me pasa
por querer
bañarme
y por haber comprado un cuaderno
todo esto que pasa
por todo aquello.
(producto xeneise
la bosta)
plásticas
ir a las minas bajo la montaña en busca de ideas
tomamos el camino más corto y llegamos a un cementerio lleno de alegría
no encontré nada de lo que buscaba salvo ese miedo a las flores y a la gente que pone flores
a la gente con intenciones
de festejar
a los muertos.
tomamos el camino más corto y llegamos a un cementerio lleno de alegría
no encontré nada de lo que buscaba salvo ese miedo a las flores y a la gente que pone flores
a la gente con intenciones
de festejar
a los muertos.
demostración de amor truncada
me robé para vos un cubo mágico del hostel
cubo de colores primarios
o sea, un cubo imposible
y me lo robaron,
directamente,
me lo robaron,
por ambiciosa.
cubo de colores primarios
o sea, un cubo imposible
y me lo robaron,
directamente,
me lo robaron,
por ambiciosa.
Monday, January 2, 2012
el cigarrillo de París
por ahí no te mandé ninguna cosa de nada
y menos que menos te dije feliz todo esto que tiene que ser feliz,
pero espero que estés bien
diciendo cosas lindas,
como esas que leo cuando miro tus cosas
y sin querer
las leo con tu voz
con tu tono
que duele en la garganta
como una angustia.
y menos que menos te dije feliz todo esto que tiene que ser feliz,
pero espero que estés bien
diciendo cosas lindas,
como esas que leo cuando miro tus cosas
y sin querer
las leo con tu voz
con tu tono
que duele en la garganta
como una angustia.
la casa está en orden
fui a buscar una taza y vi al nuevo integrante de mi alacena: en un frasco divino una mezcla sedante. Melisa, Tilo, Valeriana y Pasiflora.
en frascos separados Lucía, Martina, María Emilia y Jorgelina.
papá no se duerme
me imaginé a nosotras disueltas en té,
hoy vi un rivotril que iba por el piso como una ruedita.
en frascos separados Lucía, Martina, María Emilia y Jorgelina.
papá no se duerme
me imaginé a nosotras disueltas en té,
hoy vi un rivotril que iba por el piso como una ruedita.
Sunday, January 1, 2012
desde la cocina se escucha la cumbia de los vecinos de atrás: una versión de "ojos de cielo" que me da cuerda. me subo al pony de la utopía romántico babosa y me vengo abajo (acá, a estos suelos). me encantan tus ojos de tierra. la verdad que el resto me chupa un huevo y no quiero ser la montaña que vaya a Mahoma.
vas a ablandar la cama mientras patées dormida.
el sexo es puro resorte y no desgasta nada,
no te quita lo bailado
tampoco te lima asperezas,
¿qué cosa seria podría resolverse
mientras lo único que hacés
es sentir que las cosas funcionan perfecto
adentro del cuerpo?
y a coger que se acaba el mundo.
proverbio de no sé quién
porque a mí me encantan
los no sé quiénes
y la idea de que se acabe el mundo no me atormenta ni cerca de lo que la insatisfacción.
el sexo es puro resorte y no desgasta nada,
no te quita lo bailado
tampoco te lima asperezas,
¿qué cosa seria podría resolverse
mientras lo único que hacés
es sentir que las cosas funcionan perfecto
adentro del cuerpo?
y a coger que se acaba el mundo.
proverbio de no sé quién
porque a mí me encantan
los no sé quiénes
y la idea de que se acabe el mundo no me atormenta ni cerca de lo que la insatisfacción.
todo el año vi al pibe de la estación de servicio
un día lo vi de civil por la calle y le dije hola
me dijo hola, no tenía ni idea
recién estaba ya laburando
yo venía caminando
y el chabón labura con el uniforme rojo
tengo que ir y decirle
hola. sí tenés idea
pero bueno,
mejor ni te enteres,
porque para agrandados
está la gente chiquita.
un día lo vi de civil por la calle y le dije hola
me dijo hola, no tenía ni idea
recién estaba ya laburando
yo venía caminando
y el chabón labura con el uniforme rojo
tengo que ir y decirle
hola. sí tenés idea
pero bueno,
mejor ni te enteres,
porque para agrandados
está la gente chiquita.
la señora de 9o años llora por la existencia y por ese chicle que se estira. le dije que esta noche nos mamábamos mientras tomábamos fresita y me dio el ok. escupí ese chicle y no estires nada. besá completo no mastiques goma mentolada ni flashes otros quilombos. que como pasa un año pasan diez y mil doscientos. aguante el amor y con el resto hacé un bollo y ponete creativo.
pero es verdad loco es verdad que el tiempo pasa y las cosas cambian y es re fuerte lo novedoso, quiero decirte: agarrame, que caigo.
como bolsa de papas, la carga emocional es una amenaza contra mis principios de mujer medida pero me quiero apretar a vos sin que se me vaya la mano así que de refilón calculo hasta dónde me dan las tetas para romperte los huevos. oh basta de glándulas y de grageas y de granolas y de garage y grasadas y grises. felices fiestas faloperos fanáticos de fifar sin forro.
como bolsa de papas, la carga emocional es una amenaza contra mis principios de mujer medida pero me quiero apretar a vos sin que se me vaya la mano así que de refilón calculo hasta dónde me dan las tetas para romperte los huevos. oh basta de glándulas y de grageas y de granolas y de garage y grasadas y grises. felices fiestas faloperos fanáticos de fifar sin forro.
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