Wednesday, February 15, 2012

me aburro
porque
pienso
siempre
la misma
historia

si un día
prendo
la lámpara
entonces
exploten
las cafeínas
ay mi amor mi amor
este día estoy apocalíptica
o debería decir
de epifanía?
de cualquier modo estoy
apoyada en mi cama
y debajo de mis tres almohadas
puse a aplastar un mundo
porque me cansé
de que las semillas
no den flores
ni las ramas
frutos y
si no como
ni fumo
ni huelo algo nuevo
treparme en mi jardín
deja de ser novedoso

además , es que hoy mi gato
cazó una laucha

muere bicho
muere
teníamos miedo de que la primera vez nos doliera
y nos pintábamos las uñas de los pies
aún si hubiéramos tenido diez millones de dedos
los habríamos cuidado metódicamente
y pintado de rojo, que estaba de moda cuando teníamos 15.

si no teníamos miedo, nada servía de nada
nos preguntábamos si era mejor tomar una copita
para estar relajadas y luego comentábamos
cómo es que nos ha ido
el placer
nunca
protagonizó ninguna historia
porque no podíamos decir de qué tamaño
o de qué color era, tampoco
cuánto pesaba
por suerte
con el tiempo, no sé si es bueno o malo
fuimos perdiendo capacidad
para retener esos datos en la memoria
o
es
que el cerebro
en fin
ya pasó
a un segundo plano.
ella me dijo que no tenía ropa blanca y yo sabía
que ella no tenía ropa blanca y yo lo odiaba
porque me acordaba de una tarde en divermanía
cuando ella se mataba de hambre y su droga era
ser medio una anoréxica, se había puesto una cinta roja
en la cintura, para cortar el blanco, y era hermosa
pero después vino la adolescencia y la imitación
de esas ninfas tristes y después vinieron las previas
en las que bebíamos hasta decir basta y después
vino olvidarme de las caras sin maquillaje
y cuando fuimos al mar, ella llevaba el lápiz
negro para los ojos, o se ponía esos anteojos

creo que lo peor fueron esos anteojos
negros, en los que yo me miraba la panza
y la cara y la bikini hasta que ella me hizo dar cuenta
de que no era un espejo, entonces esos anteojos
me parecieron inútiles, ridículos y se me hacía que ella
tenía cara de mala. entonces, entonces adiviné
una ceguera inventada, por mí, otorgada al resto
nadie ve cuando es que amo, nadie y me creí el centro
del universo un agujero negro, que con cerrar los ojos
drogarme o hasta matarme, yo podía con todo

a ella le pareció
que yo era depresiva
y no tuvo mejor idea
que premiarme con esa
bilis negra que escupía yo misma.

por melancólica y siniestra
acá tengo yo
mi amor por su ropa de colores
esa
que ya no usa.
sabés
estoy cerrando algunas puertas,
me gustaría decírtelo mientras caminamos
pero es que estoy cerrando algunas puertas
y mi cuarto
cada vez se hace más chico,
a mí
no me queda otra que abollarme
será esto, que envejece,
y para cerrar puertas la terapia
espacio para un diván y un cenicero
desaparece la cama, el espejo
las cortinas después la ventana
por último tendría que tragarme el llavero
pero si se me queda en la garganta
no voy a poder decirte
que estoy cerrando algunas puertas
y no me importa mi éxito
me importa poder comunicarte
que quiero que quedes
del otro lado.