vuelvo a casa temblando y siempre voy a escribir un diario
pero se me vuelve gracioso y eh soy una comediante
y repaso un cuento feo lleno de sexo en triángulo y
aureolitas de cerveza,
un alterego callado en tercera persona
con las tetas escondidas bajo la mesa
toda metida salvo cuello y cabeza y
un personaje sin mente
solo algún movimiento chupado de otros textos sucios
solo descripto si roza a algún otro personaje
masculino
o femenino
no indistintamente:
siempre las erecciones como protuberancias
y la suavidad de las caras de las mujeres casi con codicia
morderles los labios
abrir las piernas
y
salpicones pero nunca
salpicones pero nunca
traducción de sonidos, a veces pienso en eso:
la respiración en términos de arriba y abajo
nunca onomatopeyas de respiros
como tomar merca o pitar lo último del pucho
siempre como movimientos de ascenso
hacia adentro
nunca le presté a un objeto
la posibilidad de rozar por dentro
el cuerpo de su usuario,
tan extrañado me parece a veces despertarme
e ir por la calle que tiemblo y
cuando lo reviso patento
veintiún y pico años de vida
pelo castaño
náuseas matutinas
lo mismo de siempre no hay
de qué
ponerse tan nervioso
si la cosa es cosa y en la trama
yo cosa lo que quiero
cosa
con sus cosas cualidades varias.
