Ella a veces se ponía densa. Me pedía que decidiera todo yo, si volvemos a casa, si seguimos de joda, si tomamos otra birra, o qué, o qué. Yo nunca sabía lo que quería y le decía que mejor decidiéramos juntas. Entonces íbamos a Pura vida y ella se sentaba en una ventanita y me decía eh eh y qué querés hacer? a lo que yo le decía que estaba bailando y entonces ella nada más miraba pero decía que estaba divertida. Entonces yo empezaba a aburrirme y le decía que mejor nos fuéramos. Ella decía que todavía no quería volver, yo la invitaba a casa. Ella me ofrecía cigarrillos a cada rato.
Me pedía una botella y le daba el vino que toma mi viejo cuando come. Nos poníamos a hablar hasta que todo lo que pasaba era que ella me preguntaba cosas que a mí me sacaban y nos íbamos a dormir. Apagaba las luces y ella señalaba algo en mi pieza, por ejemplo una imágen de una mujer con el pelo de colores y los ojos maquillados de brillo. Me decía que le daba miedo. Yo me levantaba, arrancaba la foto y la tiraba por la ventana. Me daba vuelta y ella me decía que me cortara el pelo porque le incomodaba. Y me metía los dedos en la nariz, por ahí temblaba. Me decía Jorge, ya te dormiste? y yo nunca le contestaba.