Wednesday, February 15, 2012

ella me dijo que no tenía ropa blanca y yo sabía
que ella no tenía ropa blanca y yo lo odiaba
porque me acordaba de una tarde en divermanía
cuando ella se mataba de hambre y su droga era
ser medio una anoréxica, se había puesto una cinta roja
en la cintura, para cortar el blanco, y era hermosa
pero después vino la adolescencia y la imitación
de esas ninfas tristes y después vinieron las previas
en las que bebíamos hasta decir basta y después
vino olvidarme de las caras sin maquillaje
y cuando fuimos al mar, ella llevaba el lápiz
negro para los ojos, o se ponía esos anteojos

creo que lo peor fueron esos anteojos
negros, en los que yo me miraba la panza
y la cara y la bikini hasta que ella me hizo dar cuenta
de que no era un espejo, entonces esos anteojos
me parecieron inútiles, ridículos y se me hacía que ella
tenía cara de mala. entonces, entonces adiviné
una ceguera inventada, por mí, otorgada al resto
nadie ve cuando es que amo, nadie y me creí el centro
del universo un agujero negro, que con cerrar los ojos
drogarme o hasta matarme, yo podía con todo

a ella le pareció
que yo era depresiva
y no tuvo mejor idea
que premiarme con esa
bilis negra que escupía yo misma.

por melancólica y siniestra
acá tengo yo
mi amor por su ropa de colores
esa
que ya no usa.

1 comment:

  1. qué lindo el cinturón rojo y la ropa de color, como fue difícil sacarlos del guardarropa seguro es difícil agregarlos devuelta. cómo hacés ?? más llevando esa carga en la espalda de saber que los cambiaste por el color negro

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